Al vestirte para una excursión de montaña, sobre todo en invierno, es importante guardar en mente a nuestros 3 enemigos: el frío, la humedad y el viento. Aprender a vestirse por capas luchando contra estos tres factores es fundamental, y para ello, uno de los grandes inventos en cuanto a ropas se refiere es la teoría de las 3 capas.

Introducción a la ropa de montaña

Cuando realizamos una actividad física, más o menos intensa, el cuerpo aumenta su temperatura, pues la combustión de energía produce calor. Es entonces cuando el cuerpo comienza a sudar (nuestro mecanismo natural de refrigeración) para regular su temperatura. Pero el sudor, en un lugar frío, puede ser nuestro gran enemigo, pues puede empapar nuestra ropa y bajarnos demasiado la temperatura, con el consiguiente riesgo de hipotermia. Y eso no lo queremos.

Ventajas de la teoría de las 3 capas

Lo que nos permite la teoría de las 3 capas es evacuar el sudor mientras mantenemos nuestra temperatura corporal y nos protegemos de la lluvia y del viento. Además, podemos ir quitando o poniendo ropa (capas) según si estamos realizando actividad física, descansando, si llueve… y adaptarnos a cada momento para regular así nuestra temperatura. Además, nos ayudará a optimizar el peso en nuestra mochila evitando llevar ropa de más.

Primera capa

Segunda capa

Tercera capa

Tolerancia al frio

Cabe señalar que hay personas que aguantan más el frío que otras, dependiendo de varios factores:

  • Metabolismo: Este puede ser más acelerado, “más caliente”, o por contra, más ralentizado, “más frío”.
  • Grasa corporal: Cuanto más grasa corporal tengamos en el cuerpo más aislamiento tendremos.
  • Flujo sanguíneo: Si pasamos frío en el tronco (zona prioritaria por estar los órganos vitales), el cuerpo como medida de respuesta de supervivencia, pasará la mayoría del flujo sanguíneo a calentar los órganos importantes, por lo tanto, las extremidades tanto de las manos como de los pies, pasarán a segundo plano y serán las partes más frías y difíciles de calentar.
  • Actividad física: Si nuestro estado es parado, la maquinaria fisiológica que nos permite estar calientes, estará ralentizada, si en cambio, estamos en movimiento, el cuerpo estará aumentando el metabolismo basal, y por ende, quemando más calorías y calentando el cuerpo.

El algodón, nuestro gran enemigo

Como comentábamos antes, el principal objetivo en montaña es evacuar el sudor y mantenerse seco. Es por ello que el algodón es uno de los materiales más desaconsejados para ropa de senderismo. Si llevamos demasiada ropa durante la marcha o simplemente si nos movemos con una intensidad media-alta, el sudor será inevitable. El algodón suele ser frío y mantiene la humedad, es decir que en cuanto empecemos a sudar, la prenda empapará, enfriará el sudor y no se secará fácilmente. 

Es por ello que en el mercado nos vamos a encontrar un montón de prendas y materiales que nos aseguran ser transpirables (que dejan salir el exceso de humedad provocada por el calor de nuestro cuerpo). Esa transpirabilidad es una característica común que debemos buscar en todas las prendas de nuestras 3 capas.

Mantener la temperatura corporal no es tan complicado si sabemos elegir adecuadamente la ropa y accesorios que nos ponemos. Como dicen en Noruega: “No existe el mal tiempo, solo la mala ropa.”